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EL HUMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA
Javier Martínez Aldanondo,
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl
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Todo el mundo repite incesantemente que estamos en época
de crisis. Ocurre que para aprender y para innovar hay que
ser optimista. Parece mal momento para ambas cosas pero no
es así. Veamos.
Personalmente, estoy viviendo tiempos de cólera (estas
líneas las escribo en medio de un viaje transoceánico
maratónico y repleto de incidentes a cada cual más
desagradable). Me está tocando vivir una de las situaciones
más frustrantes que recuerdo por culpa de 3 compañías
aéreas que después de un viaje suficientemente
tortuoso, me perdieron la maleta como obsequio de despedida.
Lo más humillante es que, 4 días después,
son incapaces de resolverme el problema que ellas me causaron
a pesar de que ya desde el primer día la maleta está
localizada a 1 hora de avión del lugar donde me encuentro.
Por supuesto, son las mismas empresas que se llenan la boca
hablando de todos los esfuerzos e inversiones que hacen por
sus clientes, de la maravillosa experiencia que resulta volar
con ellas...
Mi diagnóstico es que estas empresas enfrentan un oscuro
futuro por 2 razones:
1. El "éxito" ha provocado que dejen de
aprender.
2. Las personas que trabajan en ellas, en general, no tienen
pasión por hacer bien su trabajo.
Aunque en mi fuero interno siempre lo he sabido, hace tiempo
que llegué a la conclusión de que sólo
quiero trabajar en proyectos entretenidos, en sitios donde
disfrute de verdad. No estoy hablando de una utopía
en forma de mundo feliz donde todo es maravilloso sino de
desafíos interesantes, inciertos en muchos casos pero
apasionantes.
Uno de mis mejores amigos (responsable de que conociese a
mi mujer) trabajaba, a pesar de ser periodista, como empleado
bancario y tenía su futuro plenamente asegurado. Sin
embargo, su verdadera vocación siempre había
sido el cine y en concreto, el mundo de los guiones, contar
historias. En un momento dado, decidió jugársela
por aquello que realmente le apasionaba, abandonó el
banco ante la consternación de su familia, hizo un
master de Guión para Cine y Televisión y se
lanzó a la aventura. Hoy, después de aprender
una nueva profesión, es un reputado guionista plenamente
establecido que se permite rechazar trabajos y dedicar mucho
tiempo a viajar y a aprender. La clave de esta historia, por
supuesto, fue la decisión de seguir el impulso de lo
que realmente le entusiasmaba. García Márquez,
a quien he travestido el título de esta columna, sabe
mucho de historias, las ha escrito de todas las formas posibles:
crónicas, novelas, cuentos, guiones de cine
El mundo del cine sabe bien cómo captar la atención
del espectador: le presenta conflictos y le crea el interés
en averiguar cómo se van a resolver. La formula es
tan vieja como la vida (las historias de la antigüedad
se basan en ese mismo concepto). En palabras de Steven Spielberg
"He tratado de hacer cosas que me gusten a mí
y luego he rezado para que gusten a los demás".
Por lo tanto, si tu trabajo no te ofrece la posibilidad de
ser protagonista de una historia que a TI te interesa resolver,
es muy difícil que te comprometas y decidas hacer tus
mejores esfuerzos por llevar dicha historia a buen puerto.
¿Qué historia le ofrecía vivir el banco
a mi amigo? ¿Qué historia te ofrece vivir tu
empresa? Más aún, ¿Cuál es la
historia en que está involucrada tu empresa?
Déjenme contarles otras 2 historias:
1. Un caballero entra en un bar, se sienta en la barra y
le pide un Bloody Mary al barman que le atiende. Al cabo de
pocos minutos, le sirven el cocktail y tras probarlo, llama
al barman y le dice: "Este es un Bloody Mary bastante
mediocre ¿Me quiere decir que no puede prepararme un
Bloody Mary mejor?" El barman sorprendido pide disculpas,
retira vaso y se dirige a la cocina a preparar un segundo
cocktail, Instantes más tarde se presenta, temeroso,
con un nuevo Bloody Mary que ofrece a su incómodo cliente.
"Humm, este Bloody Mary está mucho mejor que el
anterior aunque creo que se puede mejorar. Quiero que me traiga
el mejor Bloddy Mary que usted haya preparado jamás"
Desesperado y confundido, el barman vuelve a la cocina, consulta
un par de libros de cocktails, consulta Google http://tokland.com/elearning/?p=129
llama a un colega y pone todo su esmero en la tercera versión
de la bebida. Cuando el cliente lo prueba exclama: "Excelente,
esto ya es otra cosa ¿Me puede explicar porque no me
lo sirvió así la primera vez que se lo pedí?"
2. El dantesco viaje que les mencionaba al comienzo (no les
aburriré con los detalles que son realmente deprimentes)
me tiene tan indignado que he decidido no volver a volar nunca
más con la compañía responsable del infierno,
me cueste lo que me cueste. Y la razón de mi indignación
(y la de varios cientos de pasajeros más) es que la
mayor parte de los problemas que nos han causado (retrasos,
falta de información, mentiras, falta de asistencia,
actitud displicente y pasiva
) se podían haber
evitado si las personas que se relacionaron con nosotros hubiesen
tenido un poco de criterio. Claro que para eso, la empresa
tiene que reconocer cuándo las circunstancias son especiales,
cuándo los procedimientos pasan a segundo plano y sobre
todo cómo debe entrenar a sus empleados para que en
esos momentos de la verdad, cuando se juegan el ser o no ser,
el fidelizar o "expulsar" a sus clientes, en lugar
de comportarse como robots inflexibles, respondan adecuadamente
demostrando al cliente que, aunque existen circunstancias
adversas, hacen todo lo posible por resolverlas en su favor.
La sonrisa perenne y la amabilidad servil no son suficientes,
los clientes quieren soluciones. Las empresas se muestran
tal y como son cuando ocurren cosas inesperadas, en la normalidad
todo resulta sencillo.
¿Por qué tanta mediocridad? ¿Por qué
tanta desgana, tanta falta de interés, de esforzarse
por hacer las cosas bien? En definitiva, ¿Por qué
tanta falta de profesionalismo?. Existen 3 factores a tener
en cuenta:
- La Pasión y la motivación
- La Diversión
- El Aprendizaje
1. La Pasión y la motivación
En general, a la mayor parte de las personas, no les gusta
su trabajo, no están enamoradas de lo que hacen. Daría
para todo un análisis preguntarse por qué. Desde
luego los líderes de la organización nunca se
preocupan de entusiasmarlos. La motivación es la energía,
es la sangre que permite que todo fluya pero nadie parece
tenerla en cuenta.
Yo aprendí a conducir cuando me di cuenta de que para
no depender del transporte público, de terceras personas
(casi siempre mis padres) o de otras limitaciones, la mejor
solución era aprender a conducir. La motivación
no existía a los 12 años pero sí a los
18. Sin embargo, la motivación es algo básicamente
interno, no puede ser impuesto, y una persona motivada es
capaz de aprender de un trozo de periódico viejo mientras
una persona que no lo está no aprenderá aunque
le paguemos un MBA en Harvard.
Las personas nos movemos por objetivos que nos interesan y
por los que estamos dispuestos a actuar para alcanzarlos porque
nos producen sensaciones placenteras. Cuando tienes un objetivo,
tienes interés en aprender para alcanzarlo, es decir
es necesario que exista un interés previo pero un interés
tuyo y no de otro.
Hoy es el cliente el que juzga los productos y no al revés.
Estamos obligados a hacer las cosas con el cliente como punto
de referencia, pensando en lo que le gusta, lo que disfruta
y lo que necesita. Veamos otro ejemplo: Posiblemente para
un niño (el cliente) aprenderse de memoria las capitales
de los países no sea un plato de muy buen gusto. Sin
embargo si diseñamos una actividad donde el niño
forma parte de un equipo de fútbol o de un grupo musical
que cada semana tiene que jugar o actuar en una ciudad distinta,
es altamente posible que en el propósito de alcanzar
el objetivo que le motiva (planificar cada viaje, jugar o
cantar en cada ciudad), el niño aprenderá lo
que queremos y lo hará divirtiéndose y sin darse
cuenta. De entrada le estamos planteando un reto y la aplastante
mayoría de los seres humanos reaccionan positivamente
ante estos estímulos sobre todo cuando identifican
que les va a reportar beneficios directos. No le aburrimos
con teoría sino que tenemos que captar su atención
e interesarlo desde el comienzo. Que adopte una actitud proactiva,
que "haga cosas". A partir de aquí, el alumno
va a ser quien tendrá las claves para desarrollar la
tarea e investigar y encontrar todos los elementos que necesite.
Pero tendrá que hacerlo él, con su cerebro y
su razonamiento. No hay mejor tutor que uno mismo cuando está
cautivado por una actividad que le fascina.
Cuando la motivación es externa, basta con que la fuente
que la origina desaparezca o se debilite para que la energía
se desvanezca. ¿De qué forma logra tu empresa
que te motives? ¿O no lo logra? ¿Qué
hace para entusiasmarte?
2. La Diversión
No soy un experto en un tema tan intrínsecamente humano
como la risa y sus efectos terapéuticos pero me parece
evidente que si tu trabajo no te divierte, es factible que
ocurran varias cosas:
- Tu rendimiento estará lejos de ser el mejor posible
(como pasaba con el barman)
- Es sólo cuestión de tiempo que te cambies
de trabajo
De hecho, recientemente en una reunión, un importante
empresario, dueño de un emprendimiento innovador y
exitoso me confesaba que estaba cambiando de rubro porque
su actual actividad le aburría, ya no le planteaba
desafíos interesantes, ya no tenía nada que
aprender. Cuando haces lo que te gusta, casi siempre todo
es más fácil, los sacrificios son más
llevaderos, el sufrimiento se convierte en gozo. Para gozar
de tu trabajo, tiene que plantearte desafíos que te
atraigan y los disfrutes.
Te aburres cuando nada te sorprende, cuando las conversaciones
resultan predecibles, cuando puedes adivinar lo que va a ocurrir
en una película o un libro. El chiste tiene mucho de
exageración pero sobre todo de sorpresa, de imprevisto.
Como explicaba en una antigua columna con Nadal de protagonista
http://tokland.com/elearning/?p=21
el chiste tiene en común con el proceso de aprendizaje
que provoca que fallen tus expectativas sobre lo que crees
que va a ocurrir, es decir, que te equivocas con tu predicción.
Es ese giro inesperado el que desata la carcajada cuando te
ves sorprendido por un desenlace que no fuiste capaz de anticipar.
Por eso el chiste tiene el mérito y la potencia de
captar la atención, de engancharte mediante una buena
(y a veces larguísima y detallada historia) para desembocar
en un final inesperado, casi siempre exagerado. Esto explica
por qué los computadores no tienen capacidad de reír.
Para hacer bien tu trabajo debes aprender y para aprender
debes disfrutar. El problema es que la mayor parte de los
esfuerzos para ayudar a las personas a aprender no tienen
en cuenta algunos componentes básicos que hemos analizado
con anterioridad http://www.
learningreview.com/mejora-del-desempenio-humano/articulos-y-entrevistas/la-vida-es-juego-1007-2.html
(motivación, error, practicar, recordar). Un trabajo
motivante casi siempre te obliga a aprender. Cuando Haces,
aprender es divertido, de hecho tienes que disfrutar para
aprender bien. ¿Qué condiciones organizacionales
deben darse para disfrutar de mi trabajo? ¿Cuándo
mi trabajo es divertido y por qué?
3. El Aprendizaje
El trabajo consiste en hacer cosas y en general, Hacer es
más entretenido que Escuchar. Entonces, ¿Por
qué la gente no hace las cosas bien? ¿Por qué
no se entusiasma? ¿Cuán alineado está
el trabajo con sus verdaderos objetivos de vida?
El drama de la mayoría de empresas es que muchos de
sus empleados no han aprendido a hacer bien su trabajo porque
nadie se ha preocupado de ayudarles de verdad. Si Hoy no se
parece mucho a Ayer y posiblemente Mañana no se parezca
demasiado a Hoy, significa que vivimos la era de la obsolescencia
lo que nos obliga permanentemente a APRENDER. Si te gusta
tu trabajo, aprender es genial porque te ayuda a hacer mejor
tu trabajo. Cuando tu trabajo te resulta entretenido, cuando
lo disfrutas, aprender se convierte en una herramienta fundamental
para mejorar y
poder seguir disfrutando. Lo que suele
ocurrir es que o bien no te gusta tu trabajo o, gustándote,
la formación no está diseñada para ayudarte
a hacerlo mejor.
Aprender es siempre un medio para alcanzar cotas mayores,
cosas que realmente te importan y no un medio en si mismo.
El aprendizaje empieza con un objetivo, por eso lo relevante
es el objetivo que TÚ quieres conseguir.
Si lo que una organización persigue es un aprendizaje
sostenido y sostenible para todos sus miembros, entonces aprender
tiene que ser divertido. Ahora bien, no todo lo que resulta
divertido implica aprendizaje. Hay juegos diseñados
para aprender pero eso no significa que aprendas con todos
los juegos. Además, si el juego no se parece a lo que
harás posteriormente en la vida real, es posible que
te diviertas mucho pero no habrá transferencia y por
tanto no servirá de gran cosa. El "aha" de
cuando aprendes algo está muy cerca del "ja, ja"
de cuando ríes. ¿Cuántas veces lo has
pasado tan bien en un curso que no has tenido ganas de que
se termine?
Recientemente, una de las principales empresas industriales
del mundo me contaba las principales 2 razones por la que
se les fuga el talento (con lo que quiera que eso signifique):
Falta de reconocimiento y Posibilidades de desarrollo (es
decir, de aprender para progresar).
El dinero, siendo una condición necesaria para trabajar,
no resulta suficiente ni determinante como si lo resulta el
aprendizaje
Estas últimas semanas el deporte español está
de moda ya que ha vivido 2 momentos extraordinarios con el
éxito de la selección de futbol en la Eurocopa
y el triunfo de Nadal en la épica final de Wimbledon.
Ambos casos son ejemplos admirables de capacidad de superación
y fuerza de voluntad. La selección es prácticamente
el mismo equipo que fracasó en el Mundial de Alemania
de hace 2 años sin embargo, aprendieron de algunos
errores, no tuvieron miedo de fallar http://www.as.com/opinion/articulo/atreverse-perder-poder-ganar/dasopi/20080626
dasdaiopi_12/Tes y obtuvieron su recompensa. En palabras
de Johan Cruyff "Un futbolista sólo rinde al máximo
cuando se divierte". Nadal http://tokland.com/elearning/?p=21
es un ejemplo de amor a su profesión y de obsesión
por aprender para mejorar. Nadal siempre quiere aprender para
superar a Federer, de hecho necesita a Federer para mejorar,
es su motivación. Habrá que ver qué ocurre
el día que Federer no esté.
Las empresas están obsesionadas por crecer, por incrementar
las ventas cada año, por ganar cuota de mercado, por
ser más grandes. Desde el colegio nos han inculcado
esa obligación por competir, por sacar la mejor nota,
por ganar a toda costa. Mejorar es loable y deseable pero
tanta fijación les impide disfrutar el presente, les
hace reírse poco. Mi amigo Enrique de Mora ha escrito
una muy recomendable novela sobre Management http://www.funny-pop.com/
donde uno de sus elementos centrales tiene que ver con el
humor. Y Umberto Eco en El Nombre de la Rosa hace girar toda
la trama alrededor de un libro prohibido sobre
la Risa.
El mundo académico siempre se ha mostrado como un ámbito
serio, circunspecto, solemne, muy poco dado al jolgorio, refractario
a la broma, censor de la risa. Así como hay quien dice
que puedes conocer cómo funciona una empresa por el
tipo de conversaciones que tienen sus integrantes, creo que
puedes conocer una empresa por el nivel de humor y alegría
que despliegan los que trabajan en ella. Es notable comprobar
como se relajan los ánimos en una reunión, por
tensa que sea, cuando hace acto de presencia el humor.
La mayor parte de organizaciones están perdiendo el
alma. Se convierten en máquinas implacables de hacer
dinero a corto plazo para satisfacer el apetito de sus accionistas
pero están ahuyentando sistemáticamente a sus
colaboradores y una empresa no puede existir sin gente con
el conocimiento adecuado, con el compromiso firme
y
que lo pase bien. Las personas tienen sus propias voluntades,
sus pensamientos, sus deseos, sus sueños y quien los
ignore, está condenado a fracasar. Hace poco cometí
la imprudencia de proyectar un trozo de una película
del irreverente grupo británico Monty Python http://es.wikipedia.org/wiki/
Monty_Python durante la convención de ventas
de una empresa. Se trata de un sketch donde hacen una parodia
del mundo de la educación a través de una aburrida
clase de sexo y que he utilizado en múltiples ocasiones
y países tanto en conferencias, cursos y talleres con
amplia aceptación de la audiencia que suele reír
y aplaudir estruendosamente. Sin embargo, en este caso, el
tiro salió por la culata y aunque hubo bastantes carcajadas,
me consta que varios directivos se indignaron con el video.
Evidentemente el error fue mío por no haber anticipado
la situación pero por otra parte, se pone de manifiesto
cuál es la capacidad que tienen las empresas de reírse
y de manejar el humor como un elemento que inspira y aglutina.
¿Has pensado cuánto se ríe tu empresa?
Si no disfrutas, ni aprendes ni tienes interés en hacer
las cosas bien.
Si la humanidad ha llegado hasta el año 2008, ha sido
gracias a la evolución, a la habilidad de nuestros
antepasados para aprender. Nuestro futuro depende de nuestra
capacidad de aprender (por ejemplo a encontrar nuevas fuentes
de energía). Cuando tienes éxito, crees que
ya sabes y dejas de aprender. Es el primer paso para desaparecer.
El hombre comienza en realidad a ser viejo cuando cesa de
reírse. Tomarse las cosas más a broma es una
forma muy sana, muy cuerda de enfrentar la realidad. El humor
es algo muy serio. Si un directivo no ríe, es que no
es capaz de ponerse en cuestión a sí mismo,
no tolera el error ni aprende de él, no sabe perdonar
los errores de los miembros de su equipo, no tiene sentido
del humor y, hace muy difícil a todos creerle y acompañarle.
Por eso, este accidentado viaje me ofreció nuevamente
una oportunidad para aprender y para tomármelo con
humor.
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EL GOBIERNO DEL SIGLO XXI:
Más Innovación en la Gestión que
Tecnología
Marcelo Lasagna, Gerente Sector
Público de Catenaria
mlasagna@catenaria.cl
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La capacidad de las administraciones públicas para
impulsar el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento es
impresionante. Existen múltiples posibilidades para
que sean protagonistas activos de la transformación
social, económica y tecnológica que estamos
viviendo en este milenio. Quiero exponer algunas ideas sobre
los principales retos que afronta hoy en día la administración
pública para dar respuesta a las exigencias de la sociedad
del conocimiento y ser protagonistas a la vez. Tan sólo
a modo de apunte, podemos comenzar destacando algunas de las
posibles líneas de acción para impulsar esas
transformaciones desde el ámbito del gobierno:
- Promover y extender el uso de las tecnologías de
la comunicación al conjunto de los ciudadanos
- Renovar la organización administrativa para aumentar
su productividad y dar más y mejores servicios a
los ciudadanos
- Extender las fórmulas de información y participación
a todos los ciudadanos de forma rápida y efectiva
- Transformar las formas de interacción con los ciudadanos
facilitándoles el acceso a los servicios que ofrece
la administración (rapidez, flexibilidad y seguridad)
para que mejore su satisfacción.
Me referiré aquí sólo a uno de esos
ámbitos. La capacidad del Sector Público de
re-inventarse a si mismo a través de las TIC's.
Un importante freno para el avance del Sector Público
hacia la Sociedad de la Información, lo constituye
la propia organización de los servicios públicos,
pensada con una lógica muy diferente a la que hace
posible las herramientas digitales. Así y todo, cabe
pensar también que las tecnologías de la información
y comunicación, juntamente con Internet, pueden ser
un buen motor para impulsar el cambio organizativo en el sector
público. Ahora bien, precisamente por la complejidad
de los procesos de cambio, el cambio organizativo no se habría
de limitar a poner en marcha aplicaciones informáticas
y servicios digitales de acceso público.
Para que estos nuevos servicios sean de calidad y consigan
todo el impacto que se pretende, ha de haber muchas transformaciones
que no son de carácter puramente técnico (aunque
la técnica los hace posible). Estas transformaciones,
en el ámbito de los recursos humanos, en el ámbito
de la formación, en el ámbito del diseño
organizativo, etc., son asimismo también necesarias
para poder aprovechar realmente todo el potencial que hay
atrás de las nuevas tecnologías, y para no configurar
a estas una carga más que añade más tensiones
al sector público. Se trata, como objetivo, de mejorar
la calidad del trabajo, mejorar la calidad de los servicios
públicos, no de plegarse a una novedad para estar simplemente
a la última moda. En este sentido, los cambios han
de afectar a todos dentro de la administración, no
sólo a aquellos que están más relacionados
con las innovaciones que se establecen. Además, queremos
insistir en que los cambios más importantes no son
de naturaleza tecnológica. Se trata básicamente
de introducir transformaciones, en paralelo a las innovaciones
tecnológicas (internas y externas), que no necesariamente
deben ser de carácter radical, en la organización
del trabajo, en la gestión de los recursos humanos,
y en las estructuras organizativas, y de hacer también
un esfuerzo importante en la formación, todo pensando
en que se está conduciendo un cambio de gran importancia,
casi una revolución en las tecnologías asociadas
a la gestión pública.
Los procesos de interconexión entre los diferentes
niveles de gobierno, sus bases de datos, la transferencia
de documentos y de información, etc., que ya se han
puesto en marcha -aunque queda mucho por hacer- constituyen
un nuevo estímulo; y los aumentos de productividad
generados por las TIC's en muchas actividades tradicionales
de la gestión administrativa, comienzan a producir
nuevas posibilidades de sacar provecho de la tecnología
- hacer ahorros, en otras palabras- y abren espacios para
repensar de forma más creativa la organización.
No cabe decir que los recursos no son nunca suficientes, y
que las municipalidades poco reciben de los programas y planes
para impulsar la sociedad de la información que los
niveles superiores llevan a término. Seguramente más
apoyo a la mejora de la calidad de los servicios digitales
sería una buena ayuda para facilitar esta manera de
transformaciones. En cualquier caso, esta limitación
no ha de constituir tampoco un freno absoluto, y muchas iniciativas
son posibles.
Algunas cosas básicas para impulsar los servicios
públicos en línea ya son muy conocidas. De un
lado, el aumento de la provisión de servicios digitales
en una administración es más probable si existen
formulas de gestión para coordinar las iniciativas
dispersas que se pueden producir (unidades de coordinación,
portal único, planes directores, etc.). Estas iniciativas
pueden ayudar mucho a pensar como hacer las cosas para facilitar
el acceso y la complementariedad de los servicios públicos
en línea, desde el punto de vista del usuario, y evitar
que sea guiada solamente por la lógica de las estructuras
internas. Un paso más allá, desde esta perspectiva,
sería comenzar a pensar en la posibilidad de sugerir
y ofrecer posibles servicios al ciudadano de forma personalizada,
siempre que se conozca la identificación y localización.
De otro lado, cabe insistir en que la calidad de los servicios
digitales aumenta claramente cuando mejoran también
los procedimientos administrativos y de gestión habituales,
evitando duplicidades, y esto sucede cuando se produce una
tarea de mejora continua de la organización, orientada
a la revisión y simplificación de su funcionamiento.
Todo esto también tiene implicaciones en las estructuras
y distribución de funciones, que posiblemente habrá
de cambiar. Resumiendo, para orientar l administración
hacia la prestación de servicios al ciudadano, tanto
los digitales como los presenciales, es necesario impulsar
nuevos modelos de gestión, más centrados en
la calidad y la transparencia, e impulsar nuevas políticas
de recursos humanos.
En un contexto como el que he esbozado, todos los trabajadores
públicos han de poder ser digitalmente alfabetizados,
para integrarse autónomamente en el cambio organizativo.
Una visión ideal nos diría también que
han de poder gestionarse su tiempo de trabajo de forma más
flexible (incluyendo el teletrabajo parcial, quizás
desde lugares diferentes). De otro lado, han de ser gestionados
con modelos de recursos humanos descentralizados y que estimulen
la calidad: el apoyo central ha de poder proveer información
cuidada, personalizada y los criterios generales de aplicación
de las políticas de personal, mientras que la gestión
directa ha de estar muy descentralizada dentro de la organización.
Con la introducción de servicios públicos digitales,
a medida que aumente la utilización, cabe pensar en
profundidad en el diseño de las estructuras organizativas
del gobierno. Al menos a mediano plazo, la utilización
de servicios digitales no será universal, y, además,
no podrá extenderse a todo tipo de servicios. Hay muchas
actividades que requieren atención personalizada, y
quizás en el futuro se requerirá, además,
reforzarlas. Sin embargo, ya que no constituyen un esfuerzo
adicional al que ya se hace actualmente. Es necesario pensar
en términos de ahorros de esfuerzos y tiempos, no sólo
para el ciudadano, sino también para la misma administración.
No obstante esto, poder hacer realidad este ahorro de forma
efectiva implica definir una nueva oferta de servicios multicanal,
que configuren la estructura de provisión de una manera
diferente, no tanto según el tipo de servicio, sino
fundamentalmente según el tipo de interacción.
Las TICs han cambiado la manera de trabajar de mucha gente.
Los nuevos sistemas de gestión en red comportan un
fuerte aumento de la productividad en el trabajo, y gracias
a herramientas como el e-mail, hoy día se tienen más
contactos con personas externas, hay más posibilidades
de trabajo conjunto dentro de la organización, también
más facilidad de combinar trabajo y vida privada. Todo
esto hace que la información sea cada vez valorada,
sobre todo si es una información inteligente, estructurada
de forma fácil y agradable al usuario. Disponer de
buena información es un gran valor estratégico.
Todos lo saben. El problema para una organización es
no sentirse ahogada por la información que dispone,
y saberle sacar provecho. Hay mucha información en
las administraciones públicas y, bien tratada informáticamente,
con el establecimiento también de indicadores adecuados,
puede ayudar mucho a decidir de una forma más aguda
y en condiciones de menor incertidumbre. Asimismo, un entorno
que sabe aprovechar de forma inteligente la información
de la que dispone también puede tomar decisiones con
más antelación y avanzarse a situaciones de
crisis. Sin duda, este es uno de los desafíos para
el desarrollo del e-gobierno.
En el sector público, no obstante eso, la información
cumple también otro papel. Teóricamente todos
los ciudadanos son propietarios de la información y
con toda seguridad también necesitan para decidir sobre
los asuntos públicos. Los ciudadanos tienen mucha preguntas
interesantes que hacer a la administración, si tienen
buena información. No hay duda que, hoy día,
la demanda social de información crece, y la transparencia
informativa efectiva representa un compromiso de calidad en
la gestión. En este sentido, es necesaria una opción
radical para mostrar tanta información interna como
sea posible: ahora es fácil y necesario.
Respecto a la relación entre participación
política e información pública, cabe
decir que el valor de la participación depende de la
calidad de la información, y no hay duda que esta es
un desafío importante para los gestores públicos.
En la medida que se produzca más interacción,
esta genera más proximidad entre Administración
y ciudadanos y, a la vez, más confianza en las instituciones.
La confianza en las instituciones se gana asegurando que los
ciudadanos sean informados, implicados e influyentes. Al mismo
tiempo, más debate público sobre temas sustantivos
-antes de tomas decisiones- abre espacios alternativos de
influencia a los ciudadanos. Los espacios digitales son una
gran oportunidad para seguir avanzando en esta dirección
(dar acceso en línea a los documentos públicos,
abrir espacios de debate y discusión, buzones abiertos,
pedir sugerencias, realizar consultas, voto, etc.), como lo
muestran muchos ejemplos y prácticas ya existentes
alrededor del mundo.
Para terminar, quiero mencionar brevemente que el conjunto
de innovaciones y transformaciones que la sociedad del conocimiento
permite llevar a cabo en el sector público, que se
convierten ahora en protagonistas e impulsores de esta nueva
sociedad, tienen su elemento central en el liderazgo político.
En la medida que hay esfuerzo político para impulsar
dinámicas como las mencionadas, se pueden hacer posibles
más rápidamente y con más éxito.
Hay algunos aspectos a tener en cuenta, para que el impulso
político sea exitoso. En primer lugar, es importante
disponer de una visión clara y global, adaptada a las
potencialidades de cada caso, con un buen modelo inicial,
aunque sea de carácter intuitivo. Segundo, es bueno
que los objetivos sean realistas, que permitan trabajar para
proyectos concretos y que se acompañen de planes de
acción o planes estratégicos, así como
de indicadores de seguimiento y evaluación. En tercer
lugar, es conveniente implicar a toda la organización
en los procesos de cambio, para evitar la fragmentación
y la posible aparición de tensiones. Por último,
cabe entender la oportunidad política que iniciativas
de esta índole representan, no sólo para hacer
más dinámica la administración pública,
o para facilitar la participación política de
los ciudadanos, sino también para incidir con fuerza
sobre las líneas de desarrollo de entorno económico
y social.
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Catenaria
- Gestión del Conocimiento
Agustinas, 1350 / Teléfono
56 - 2 - 2905404 / Mail: jmartinez@catenaria.cl / Santiago, Chile
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