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¡¡APRENDED, APRENDED, MALDITOS!!
Javier Martínez Aldanondo,
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl
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De entre los muchos modelos de educación que conozco,
uno de ellos ofrece formación en las más variadas
áreas del Management y consiste en combinar 3 elementos:
elearning, clases presenciales y publicación en el
periódico. Hoy mismo 2 de agosto, en uno de esos diarios
y como parte de uno de esos cursos, se dedican un par de páginas
específicamente al tema del Aprendizaje, de manera
bastante interesante. Lo que más me llama la atención
es el énfasis del autor en que si quieres aprender,
no te queda más remedio que practicar. Elemental, diría
Sherlock Holmes. Hace tiempo que no dejo de proclamar esa
premisa obsesivamente y a los 4 vientos. Sin embargo, me consta
que el 95% de la oferta de formación tanto de este
particular modelo triple como de cualquier otra que se puede
encontrar en el mercado, ofrecida por universidades, consultoras,
gurús, etc. hace caso omiso de ese postulado. Lo curioso
es que todo el mundo dice pertenecer a ese otro 5%. Les contaré
una historia ilustrativa al respecto.
La palabra CAMBIO no deja de estar en la boca de todos los
directivos: cambian los escenarios de negocios, cambian los
mercados, cambian las estrategias, cambian los productos,
cambia el marco jurídico, cambian los gobiernos
en realidad, es la empresa la tiene que cambiar para adaptarse
a la nueva situación y hacerlo rápido. Bueno,
para ser honestos, no es la empresa, son los miembros de la
organización los que deben cambiar, alinearse con la
estrategia y aprender a hacer su trabajo de forma distinta.
Una cosa suele ser común en casi todos estos cambios:
la Tecnología. Resulta difícil encontrar trabajos
cualificados que actualmente se hagan igual que hace veinte
años. La tecnología ha tenido una incidencia
directa sobre nuestra actividad laboral y la forma en que
la realizamos. Hoy en día, los cambios de sistemas,
las implementaciones de proyectos tecnológicos, de
diferentes herramientas para la gestión integral de
las empresas (ERPs, CRM, BSC, etc) son una constante, tienen
un impacto brutal sobre las personas y generalmente requieren
una inversión de recursos de todo tipo, verdaderamente
descomunal. La implementación de sistemas es un gran
negocio.
Como parte de este negocio, las principales empresas proveedoras
de software disponen de programas de formación para
certificar a aquellos profesionales interesados en acreditarse
para participar, con las mayores garantías, como consultores
en dichos proyectos.
Hace años tuve la suerte (o la desgracia) de participar
en uno de esos programas de una de las empresas lideres a
nivel mundial. Como supondrán, se trataba de un programa
muy caro, tenía una duración de 2 meses, con
un horario de 18:30h a 22:30h de lunes a viernes y que finalizaba
con un "examen" que en caso de ser aprobado, otorgaba
el tan deseado objetivo de convertirse en Consultor Certificado.
Los asistentes al curso éramos unos 20, todos profesionales
con bastantes años de experiencia, varios de ellos
consultores y el resto pertenecientes a multinacionales y
responsables, por tanto, de la implementación de dichos
sistemas en sus organizaciones. Para no aburrirles con detalles,
les resumo en un Decálogo, algunos aspectos llamativos
(no olviden que se trata de una empresa verdaderamente puntera
internacionalmente):
- Los profesores del curso eran consultores expertos en
la implementación del sistema. Punto a favor.
- Sin embargo, ser experto en un tema no equivale a saber
transferir lo que se sabe a otros. ¿Cómo será
el curso de Formador de Formadores que deben recibir?. Punto
en contra.
- Primero la práctica y luego la teoría: La
metodología imponía que el curso constaba
de 3 manuales de cientos de páginas (y kilos de peso)
y exigía que esos mismos expertos se dedicasen a
leer los manuales proyectados en la pantalla, hablasen si
parar y dejasen los ejercicios prácticos para el
final, si es que había tiempo. Estaban condicionados
por el curriculum que debían impartir: había
mucha materia que cubrir y poco tiempo así que ojala
hubiese pocas preguntas. Punto en contra.
- Lo increíble es que la práctica no tenía
apenas relación con la teoría que nos habían
"explicado" y lo peor de todo, ni siquiera se
parecía a las actividades que luego nos encontraríamos
en la vida real. Punto en contra.
- La pregunta que casi todos se hacían era: Si estamos
estudiando a tantos meses de aplicarlo en la vida real ¿Qué
recordaremos cuando nos toque enfrentarlo? Punto en contra.
- El curso exigía que todos fuésemos al mismo
ritmo y jamás se detuvo a analizar que fuese posible
que cada uno de los asistentes llegásemos con diferente
nivel. Simplemente el profesor asumió que todos éramos
iguales, sabíamos lo mismo y necesitábamos
lo mismo. Punto en contra.
- Hacer es mucho más divertido que escuchar o leer.
Mi compañero tenía apnea del sueño
y literalmente se dormía las 2 primeras horas de
la clase (ronquidos incluidos). Milagrosamente, era capaz
de mantenerse despierto y lucido durante la segunda parte
donde practicábamos sobre el sistema. Obviamente,
la práctica sólo la puedes poner tú,
nadie puede practicar por ti. Empate.
- ¿A quien se le ocurre pensar que después
de una intensa jornada de trabajo de al menos 8 horas, una
persona está en la situación idónea
de someterse a 4 horas de clase? Las "ventanas de atención"
de un adulto apenas duran unos minutos y eso si la actividad
es altamente motivante. ¿Cómo enfrentar una
clase sabiendo que mucho de lo que oyes lo olvidarás
para la siguiente? El aprendizaje "superficial"
se desvanece con rapidez, el aprendizaje profundo exige
años de esfuerzo y trabajo duro. Punto en contra.
- Motivación: ¿Por qué estaban mis
compañeros haciendo ese curso? ¿Por aprender?
No, aprender es solo un medio. Los consultores lo hacían
porque entrega una certificación de alto valor en
el mercado (es casi un seguro de empleo). Es decir, si se
certificaban, había merecido la pena. Los demás
lo hacían porque querían saber cómo
operar el sistema en sus empresas, el problema es que el
curso no estaba pensado para eso sino para recorrer todas
las opciones del software. Punto en contra.
- Te certificas con un examen. Podría ser un punto
a favor ya que hay que evaluar de alguna manera que el alumno
será capaz de implementar el sistema. Sin embargo,
ese examen es
un test de preguntas con alternativas
de respuesta múltiple y un tiempo muy limitado. ¿Pero
la idea no es habilitar a las personas para implementar
el sistema? Cuando me lo dijeron, no lo podía creer
y me sigue pareciendo una broma que para demostrar conocimientos
te hagan un examen de respuesta múltiple. Yo no tenía
interés alguno en certificarme pero, estadísticamente,
por suerte o por probabilidad, podría aprobarlo sin
tener ni idea. Punto en contra.
La pregunta que hay que hacerse en el mundo profesional es
doble: Si te quieres a formar en algo, ¿tu intención
es Saber o Hacer?
Si lo que te interesa es Saber, entonces estudia, ve
a clases, escucha a profesores, lee artículos y libros
y trata de retener y memorizar el máximo de información
en el disco duro de tu cerebro.
Pero si tu intención es Hacer, entonces practica,
practica y practica. No hay otro secreto.
Cada vez que tengo que analizar un programa de formación,
lo hago a partir de un breve "cuestionario", simple
y muy efectivo:
- a. ¿Cuanto se parece al trabajo/tarea para el que
te intenta preparar? En este caso ¿No se trata de
aprender a manejar un sistema, configurarlo, parametrizarlo?
Entonces los 2 meses de curso debiesen consistir exactamente
en eso y el examen de certificación en verificarlo.
- b. ¿Qué estamos mejorando con este curso?¿Qué
beneficio concreto obtiene el alumno y/o su empresa?
- c. ¿Qué hace el participante durante el
curso? ¿Escucha, lee? ¿o Hace?
- d. ¿Qué es capaz de hacer después
del programa que NO era capaz de hacer antes?
- e. ¿Cuánto habla el profesor? Cuanto más
habla el profesor, menos aprenden los alumnos
- f. ¿Dónde estaría el alumno si pudiese
elegir? Si te dice que preferiría estar en el gimnasio,
con su familia o tomando una cerveza con sus amigos, no
dudes de que mentalmente está allí por más
que su cuerpo aparezca físicamente sentado en la
silla.
Parece obvio que no puedes diseñar un curso sin partir
por los resultados que esperas obtener, de preguntarte ¿Qué
quiero mejorar o lograr? Responderlo te conduce directamente
a pensar qué tareas, qué actividades concretas
tendrán que Hacer los alumnos. Un curso bien pensado
no puede sino diseñarse a partir de ahí. Por
esa razón, resulta todavía más difícil
comprender que siendo los consultores expertos, con muchos
proyectos de implementación del software a sus espaldas,
el curso no consistiese precisamente en una simulación
de un proyecto de implementación, con un cliente, con
unos requerimientos, con todas las etapas de un proyecto,
con sus dificultades
Lo más difícil de
conseguir estaba allí: los expertos.
Un curso es un ejemplo de Gestión del Conocimiento.
Se trata de un medio que persigue que los que no saben aprendan
de alguien que sabe más que ellos. Pero a su vez es
un ejemplo de lo que se entiende por conocimiento y en este
curso, claramente se asume que se trata de un objeto empaquetable
y que el profesor entrega impecablemente en forma de manuales
a sus alumnos que se lo llevan en sus carteras
Cuando hablamos de Gestión del Conocimiento, hablamos
de una estrategia diseñada para garantizar que el conocimiento
adecuado vaya a las personas indicadas en el momento oportuno,
con el objetivo de que la empresa mejore sus resultados. Yo
no dejaba de preguntarme si en este curso, estábamos
recibiendo el conocimiento adecuado, si iba dirigido a las
personas indicadas, en el momento oportuno y si lo podían
aplicar.
Lo que suele ocurrir es que la mala formación es un
pasivo intangible cuyo impacto nadie suele evaluar pero que
tiene peligro incalculable. La mala formación perjudica
el desempeño, genera pérdidas o merma de beneficios
y amenaza los resultados.
Tengo un nítido recuerdo de la película "Danzad,
danzad, malditos" http://es.wikipedia.
org/wiki/Danzad,_danzad,_malditos dirigida por Sydney
Pollack y protagonizada por Jane Fonda. El film recoge la
angustiosa participación de una pareja en un maratón
de baile en la época de la gran depresión en
Estados Unidos. Descrita como una historia pesimista y claustrofóbica,
expone el drama de unos personajes desesperados por encontrar
un sitio donde dormir y comer mientras otros pasan hambre
en el exterior. El premio de 1.500 dólares es toda
una fortuna y un pasaporte para la supervivencia que justifica
el martirio al que se ven sometidos. Mientras los concursantes
ponen al límite su resistencia física y psíquica
bailando durante días bajo la amenaza constante de
la eliminación, una multitud acude a contemplar su
sufrimiento para divertirse y entretenerse.
No puedo dejar de recordar a mis compañeros de curso
en una situación muy similar. Con un alto nivel de
estrés por certificarse dado lo caro del curso, el
tiempo invertido, el sacrificio realizado y en muchos casos,
conscientes de que los ojos de la empresa los estaban mirando
fijamente.
Es bien conocida la alta tasa de fracasos de los proyectos
de implementación de software y el asunto no es trivial
porque los presupuestos suelen manejar cifras mareantes. La
dificultad no estriba solo en que en muchas ocasiones, cambian
los procesos y por tanto cambian las tareas y la naturaleza
del trabajo que deben ejecutar las personas. El problema es
que demasiadas veces, las personas o bien no tienen ningún
deseo real de cambiar o aun teniéndolo, la formación
es tan deficiente que no son capaces de adaptarse y en lugar
de avanzar, retroceden hacia la antigua práctica que
es justamente la que se trata de erradicar. Es igual que si
decides que los habitantes de un pueblo van a empezar a utilizar
el automóvil a partir de un momento determinado. Te
gastas cantidades astronómicas en investigar y fabricar
el coche pero luego caes en la cuenta que has olvidado 2 pequeños
detalles:
- Los tienes que convencer para que quieran ir en coche.
- Si consigues que quieran, tienes que enseñarles
a conducirlo, detalle no menor porque si no saben hacerlo,
toda tu inversión no sirve absolutamente para nada.
Cuando eres consciente de que solo has reservado el 5% del
presupuesto a estos 2 items, ya es demasiado tarde. Esta
es la realidad de lo que ocurre en una sorprendente cantidad
de implementaciones de sistemas informáticos. No
me extraña que luego pase lo que pasa.
Estos temas los abordaremos en 2 eventos en los que participaremos
este mes de Agosto relacionados con el Aprendizaje y la Gestión
del Conocimiento: El tradicional Simposio de Percade http://percade.cl/upload/percade2008.pdf
y un seminario de Gestión del Conocimiento
organizado por la Cámara Española de Comercio
de Chile http://weblink.camacoes.net/
agenda/evento.asp?CodCam=562&LN=&PL=&ID={694BC912-C405-4561-8736-90C9D0F1B3F4}
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¿CÓMO MEJORAR LOS
RESULTADOS DE GESTIÓN
UTILIZANDO EL CONOCIMIENTO?
La experiencia del Departamento de Justicia
de la Generalitat de Catalunya.
Marcelo Lasagna, Gerente Sector
Público de Catenaria
mlasagna@catenaria.cl
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¿Qué esperan los ciudadanos de la Administración
Pública?. Después de consultar con dos docenas
de amigos y amigas, la mayoría de ellos expresaron
las 5 siguientes preferencias:
- Calidad de los servicios
- Transparencia
- Eficiencia en el gasto
- Gratuidad para quienes no pueden pagar
- Responsabilidad
Como no me era posible hacer una encuesta amplia que me permitiera
obtener una muestra más representativa y fiable, decidí
quedarme con este pequeño universo que seleccioné
al azar, pues, no creo, por otra parte, que esté muy
lejos de lo que todos pensamos acerca de cómo debería
funcionar la administración pública. Si los
ciudadanos/as exigimos estos cinco rasgos de la administración,
qué debería hacer ésta para comportarse
en esa dirección. La primera exigencia que manifestaron
este grupo de ciudadanos se refiere a la calidad de los servicios
que reciben de la administración. Una gestión
pública de calidad es aquella que está orientada
a resultados y a generar valor público. El viejo diseño
burocrático, caracterizado por la estructura vertical,
los compartimentos funcionales estancos y, especialmente,
por el patrón de comando y control, no parece estar
dando cuenta de la necesidad de una administración
orientada a la calidad y el valor público. Dada las
experiencias más innovadoras que se están desarrollando,
la cuestión pasa por la introducción de nuevos
diseños organizacionales; más ligeros, planos,
flexibles, discrecionales, aunque apegados a la legalidad
administrativa, que promuevan el trabajo colaborativo y la
gestión del conocimiento. La idea que está detrás
de estas nuevas formas de organización es que las viejas
instituciones públicas infrautilizan su conocimiento,
y que para explicitarlo, se requiere además de potenciar
a las personas, de generar espacios e incentivos para compartirlo,
difundirlo y explotarlo. Esta dinámica ayuda a generar
lo que se denomina la inteligencia colectiva de la organización.
Todo ello redunda en una mejor gestión y esta a su
vez en calidad de servicios.
Tuve la excelente oportunidad de visitar en Barcelona una
experiencia de innovación pública que busca
precisamente el mejoramiento de la calidad de la gestión.
El Departamento de Justicia del Gobierno Catalán (Generalitat
de Catalunya) puso en marcha hace tres años un Programa
de Gestión del Conocimiento, denominado Compartim,
que está dando resultados excelentes. Una de los principales
problemas con que se han encontrado las iniciativas de Gestión
del Conocimiento (GC) que se han implementado es que sus impactos
en la organización no han sido medidos o bien se les
ha obviado. Así las cosas, las iniciativas emprendidas
fueron quedando apartadas de la estrategia organizacional,
pasando a ser sólo una experiencia más sin éxitos
comprobables. Y, sobre todo, sin un impacto importante en
los resultados de la organización. Para que la GC tenga
éxito debe estar vinculada a la estrategia de negocio
de la organización. Esto lo han entendido muy bien
en el Centro de Formación en Justicia de la Generalitat
de Catalunya. Su programa Compartim está completamente
vinculado a la estrategia del Departamento y, en consecuencia,
al mejoramiento de los resultados de éste. Esto quiere
decir; mejoramiento de la calidad de los servicios que el
departamento ofrece.
Compartim se ha creado dado que sus impulsores han comprendido
que en el mundo actual el recurso diferenciador y que da más
competitividad y calidad de servicio es el conocimiento. En
la sociedad del conocimiento las organizaciones más
competitivas son aquellas que mejor usan el conocimiento,
que garantizan la mejora continua e impulsan para ello el
aprendizaje individual y organizacional. En Compartim han
comprendido que las personas son el principal activo del Departamento.
Que ellas son depositarias de un conocimiento que bien incentivado
y gestionado puede hacer crecer la inteligencia colectiva
de la organización. Y que a partir de él pueden
encontrarse los caminos de solución a las diferentes
problemáticas que enfrenta la administración.
El programa Compartim es una iniciativa del Departamento
de Justicia, a través del Centro de Estudios Jurídicos
y Formación Especializada (CEJFE), que se ha puesto
en marcha "para crear entornos de trabajo colaborativo
con el objetivo de acercar a las personas en torno a oportunidades
de mejora o de resolución de problemas de su trabajo
diario". La mejora llega a partir de la aportación
de las nuevas ideas, las buenas prácticas y la reflexión
del grupo sobre los aspectos tratados. En los tres años
que lleva el programa se han creado 15 comunidades de prácticas
de profesionales que aglutinan alrededor de 1200 personas.
Las comunidades de prácticas (CoP)se reúnen
en torno a un problema común. Los miembros de la comunidad
sesionan en encuentros presenciales y virtuales. Las personan
buscan en estas reuniones encontrar soluciones a problemas
que comparten en sus áreas afines. Como por ejemplo:
Psicólogos, Juristas criminólogos, Mediadores,
Educadores sociales, Docentes, Asesores Judiciales, entre
otros.
Además de los encuentros presenciales, las actividades
de estas comunidades de estas CoP se complementan con trabajo
colaborativo en línea. Para ello utilizan la plataforma
e-catalunya. Según muchos expertos es la mejor plataforma
de trabajo colaborativo del sector público español.
En ella se produce el trabajo de sistematizar y difundir el
conocimiento en torno a los problemas identificados para cada
CoP.
La filosofía desde la que han partido estas CoP es
que las personas son portadoras del conocimiento del negocio,
por tanto son ellas las que buscan nueva información
y lo explotan. Por lo cual se debe incentivar el trabajo colaborativo
y el compartir información.
Una de las dificultades que se han identificado en el funcionamiento
de las CoP es el aspecto motivacional. Qué hacer para
que los miembros de una organización participen activamente
en ella. Hay dos respuestas contundente. Lo harán en
la medida que ella responda a su interés y lo que allí
ocurre sea importante para su desempeño laboral. Y,
por otro lado, en la medida que existan incentivos para participar
en ella. En el caso del Programa Compartim hay claros incentivos
para participar en sus COP. El primero y mas efectivo es la
motivación intrínsica, es decir, las personas
realmente están comprometidas con su trabajo y ven
en las COP una herramienta de mejora de la gestión.
Adicionalmente reciben incentivos externos, como por ejemplo
reconocimiento de las horas dedicadas a ese trabajo como horas
de formación, etc. Asimismo, se reconoce pecuniariamente
a aquellos que generan productos y a aquellos que ejercen
el liderazgo de la COP. Una vez gavillado el círculo
virtuoso de la COP, el trabajo colaborativo motiva más,
dado que empodera a las personas y las hace protagonistas
de sus trabajo, lo que por añadidura genera impactos
muy positivos en el rendimiento de éstas.
Lo que no se mide no se puede gestionar
Uno de los principales problemas que ha enfrentado la
GC es la dificultad de medirla. El programa Compartim ha procurado
resolver este inconveniente creando indicadores que le permitan
medir y evaluar la dinámica de las COP y sus productos.
Para ello desarrollaron cuatro tipos de indicadores; de actividad,
de producción, de impacto y de calidad. Los primeros
se refieren al proceso de trabajo, tal como el nivel de participación
de los miembros en las actividades de la COP. El segundo da
cuenta del número de productos de conocimiento elaborados
y del número de consultas que hacen de esos productos
el colectivo al que va dirigido. El tercero se refiere al
impacto que esos productos tienen en la organización.
Cómo se aplican, dónde, para qué. Y,
por último, un indicador cualitativo que se refiere
a la valoración que hace el colectivo de los productos
generados en su COP. Estos indicadores permiten medir en qué
medida las actividades de las COP están mejorando la
gestión y los resultados de ella.
Esto tiene una seria de beneficios para la organización.
Comenzando por paliar los déficits de conocimiento
cuando se enfrentan problemas nuevos y complejos. El nivel
de novedad y de cambio en tan grande que una estructura de
respuestas rígidas no tiene la capacidad de responder
eficientemente a esa realidad. Las COP ayudan a producir esas
respuestas. Por otro lado, y muy vinculado a esta, se produce
una mejora considerable en la toma de decisiones, dado que
hay una mejor focalización en el problema y una información
más precisa. Finalmente, una buena gestión de
conocimiento permite una mayor rentabilidad en la medida que
hay un mejoramiento en la gestión y sus procesos, y
se evita la fuga de conocimiento tan propia de una sociedad
con una mayor movilidad laboral
¿Cuáles son las clave de éxito del
Programa Compartim?
Entender las claves de éxito de este programa,
así como, sus desaciertos, constituyen un conjunto
de lecciones aprendidas de gran relevancia para quienes deseen
introducir en sus organizaciones esta modalidad de trabajo
colaborativo.
La primera clave, desde mi perspectiva, es el involucramiento
de la dirección del Departamento. Esta iniciativa no
es un hecho aislado, sino que responde a una estrategia organizacional
que ha recibido apoyo de diversa índole para su desarrollo.
En segundo lugar, se han implantado COP allí donde
había comunidades naturales y sin problemas de clima
laboral, identificando su quehacer con la estrategia de negocio.
Estas comunidades no se instalaron para mejorar el clima ni
para motivar al personal, sino para generar mejoras en la
gestión.
En tercer lugar, para la efectiva implantación de
una COP se requiere de el apoyo experto externo que ayude
a introducir la metodología de dinamización
y de comunicación entre los miembros de la COP y especialmente
en quien ejerza su liderazgo.
En cuarto lugar, una COP enteramente virtual es muy difícil
de sostener, por lo que se requiere de actividades presenciales
que la complementen y fortalezca. Como dice Jesús Martínez,
responsable del Programa, "la presencialidad inicial
garantiza la cohesión y proporciona los mecanismos
que permitirán el posterior trabajo en línea".
En quinto lugar, la existencia de un sistema de incentivos.
Si las personas no sienten de la COP le es útil no
participaran en ella. Por lo que el mayor de todos los incentivos
es la motivación intrínseca. Sin embargo Compartim
desarrolló también un conjunto de incentivos
para la participación en las COP, reconociendo las
horas dedicadas como formación y a quienes generaron
soluciones se les compensó económicamente, como
también a los líderes de comunidad.
En sexto lugar, para que la COP funcione se ha de formar
al personal en el uso de las herramientas, así como
en las metodologías de funcionamiento de la comunidad.
Por otro lado, esta formación se extiende también
a las técnicas de comunicación que facilitan
el trabajo colaborativo tanto presencial como virtual.
En último lugar, la identificación de aquellas
personas que ejerzan el liderazgo en la COP es una variable
clave para el éxito de aquella. Esta persona debe venir
de la misma comunidad y debe ser reconocida por sus pares
como autoridad. Su rol es fundamental para el buen desempeño
de la comunidad.
Las Comunidades de Práctica pueden convertirse en
una excelente metodología para gestionar el conocimiento.
El uso del conocimiento depositado en los miembros de la organización
es crucial para el buen funcionamiento del negocio. Asimismo,
el trabajo colaborativo es un espacio que permite tanto su
difusión como creación de nuevo. Ese conocimiento,
tal como nos enseña la experiencia de Compartim, es
un factor clave para mejorar los niveles de gestión
y calidad de los servicios públicos.
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Catenaria
- Gestión del Conocimiento
Agustinas, 1350 / Teléfono
56 - 2 - 2905404 / Mail: jmartinez@catenaria.cl / Santiago, Chile
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