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TU CEREBRO Y TÚ
Javier Martínez Aldanondo,
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl
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Piensa acerca de lo que
has hecho esta mañana una vez que te has despertado.
Posiblemente te has duchado, has desayunado, te has lavado
los dientes, has conducido (o has cogido el transporte público)
para ir al trabajo. Una vez en la oficina lo más
seguro es que habrás encendido el computador y consultado
el correo. ¿Qué crees que pasaría si
le pides a tu hijo de 2 años que se lave los dientes,
a un miembro de una tribu amazónica que te lleve
en tu coche hasta tu trabajo o a tu abuela que descargue
tu mail? Desde luego, no eres más inteligente que
ellos. ¿Por qué eres capaz de realizar todas
esas actividades tan obvias? ¿Cómo crees que
sucede todo eso? La respuesta es evidente: Sabes hacerlo,
tienes el conocimiento necesario adquirido hace muchos años
mediante un largo proceso de aprendizaje y que luego has
practicado miles de veces. Hoy no necesitas pensar para
hacerlo, te resulta natural aunque no siempre fue así.
La información está en algún lugar
de tu cerebro que automáticamente te la trae siempre
que la necesitas para hacer algo sin que tengas que pedirla
expresamente. Pero ¿Dónde está exactamente
ese conocimiento? ¿Cómo llegó hasta
allá? ¿Y cómo te viene cuando lo necesitas?
Piensa ahora en tu computador y en cómo está
organizada la información que tienes en su interior.
Probablemente guardas miles de documentos, archivos, fotos,
videos, mails, etc, todos almacenados en Carpetas. Pero
¿Cómo sabes lo que tienes en ese maremagnum
de información? ¿Dónde está
exactamente lo que necesitas? ¿Cómo encuentras
lo que te será útil para una reunión
que tienes dentro de 5 minutos? Para tu desgracia, te resulta
imposible responder a esa pregunta. Tu cerebro resuelve
esa tarea sin esfuerzo pero tu computador ni siquiera sabe
lo que acumula en su interior y a ti te resulta una epopeya
sacarle partido a tantos y tan valiosos recursos.
La revista TIME escoge en su último número
de cada año a la que considera ha sido la persona
más relevante de ese periodo. Para el año
2006 la persona escogida
fuiste TÚ. ¿La
razón? Según TIME, porque controlas la era
de la información, eres el protagonista y considera
que ya es TU mundo.
Lo que le faltó añadir a ese reportaje es
que sobre todo, TÚ eres el mejor sistema de gestión
del conocimiento que existe.
Tú eres tu cerebro y tu corazón. El resto
es más o menos prescindible (puedes vivir sin brazos,
ojos o piernas) pero no puedes vivir sin cerebro ni sin
corazón. Olvidándonos por un momento del corazón
(algo imposible en la realidad), resulta sorprendente lo
poco que sabes acerca de cómo funciona tu cerebro,
siendo como es la herramienta decisiva de tu existencia
y supervivencia. ¿Sabes cómo aprende tu cerebro?
¿Cómo y dónde almacena la información
que recibe y procesa? ¿Cómo la encuentra cuando
la necesita? ¿Cómo te la trae en el momento
justo? De hecho ¿Qué has aprendido en tu vida
hasta ahora? ¿Sabes qué conocimiento tienes?
¿Cómo puedo verificar que lo tienes? http://www.catenaria.cl/km/newsletter/newsletter_25.htm
Si crees que eso no es importante, te equivocas. Cada segundo
que pasa, tu cerebro gestiona el conocimiento que tienes
para que puedas hacer lo que estás haciendo en este
instante (por ejemplo, leer este artículo). Y cada
segundo aprende cuando surgen situaciones nuevas que no
tiene registradas. Si todo ese ciclo virtuoso pasa inadvertido
para ti es porque ese proceso ocurre de forma inconsciente
pero da gracias de que suceda porque de otra manera, a estas
alturas haría ya mucho tiempo que habrías
dejado de existir.
Hoy las empresas saben que la principal materia prima con
la que trabajan es el conocimiento. Uno de los principales
problemas es que el conocimiento es transparente, no se
ve, no se sabe ni cuánto mide, ni cuánto pesa,
ni cuánto vale, no se puede empaquetar ni almacenar.
Así, mientras todas las empresas tienen una estrategia,
más o menos acertada, para sacar partido de sus activos
físicos (edificios, productos, dinero, infraestructura),
casi ninguna es capaz de gestionar ese activo intangible
tan escurridizo pero a su vez tan esencial como es el conocimiento.
Resulta sorprendente la naturalidad con la que las personas
gestionamos el conocimiento toda vez que las organizaciones
están formadas por personas
Parece elemental que si las empresas quieren gestionar el
conocimiento, necesitan hacerlo de la misma manera que lo
hacen las personas pero para eso necesitan primero entender
cómo lo hacen ellas (Roger Schank ha realizado interesantes
investigaciones al respecto).
Ocurre que para gestionar el conocimiento, primero debes
tener conocimiento que gestionar y la forma de adquirir
conocimiento es
aprendiendo. No puede existir conocimiento
sin aprendizaje. Hay una respuesta muy fácil contra
la falta de conocimiento (No sé): Aprender, algo
al alcance de todo ser vivo. Claro que aprender depende
de lo que ya sabes. Es difícil multiplicar sin saber
sumar o correr sin saber caminar previamente. Hace tiempo
narraba una historia que me ocurrió cuando no fui
capaz de entrar a mi habitación en un hotel en Córdoba
(Argentina) donde mi llave no funcionaba. El problema, me
indicaron en la recepción, era que no debía
hacer caso de la flecha dibujada en la llave sino que debía
introducirla al revés http://www.catenaria.cl/km/newsletter/newsletter_08.htm
¿Qué creéis que hago cada vez que estoy
frente a la puerta que no se abre? ¿Cuál es
el proceso que se produce en mi cerebro para traerme exactamente
esa experiencia en ese momento exacto y sin que yo haga
ninguna petición? ¿Y cómo la guardó
la primera vez qué eso sucedió en Córdoba?
¿Y donde la guardó? ¿Y qué mecanismo
usa para encontrarla? ¿Y cómo reconoce que
me hace falta?
Todas estas preguntas forman la base de la gestión
del conocimiento y claramente dependen del proceso de aprendizaje.
Si yo no hubiese aprendido de lo que me pasó en Córdoba,
no habría nada que gestionar. La gestión del
conocimiento la necesito cuando tengo problemas que no soy
capaz de resolver porque hasta ese momento, mi propio conocimiento
me basta y me sobra para manejar las situaciones que enfrento.
¿Qué es un problema? Es aquella situación
que no eres capaz de resolver, no porque no sea posible
hacerlo, sino, por lo general, porque no dispones del conocimiento
necesario para hacerlo. Lo que puede ser un problema para
mí, no tiene por qué serlo para mi vecino.
Einstein tenía una frase muy oportuna para este análisis:
"No puedes resolver un problema usando el mismo pensamiento
que usaste cuando se creó ese problema". La
brecha entre ese estado inicial (mi problema es que no puedo
abrir la puerta de mi habitación) y el estado superior
donde soy capaz de resolverlo (abro la puerta) es el Conocimiento,
ahora tengo algo que antes no tenía y que me permite
hacer cosas que antes no podía hacer. Y el proceso
necesario para generar ese conocimiento se llama Aprendizaje
que es sin lugar a dudas, la habilidad más importante
para vivir y sobrevivir. Debido a que no sabes lo que no
sabes, solo te das cuenta de tu ignorancia cuando enfrentas
una situación donde lo que sabes no es suficiente
para resolverla. Lo cierto es que mientras no eres consciente
de que tienes un problema, no crees necesario aprender.
Y ocurre que si no entiendes como se aprende (y crees que
todas las formas de aprender son similares) no puedes diseñar
un sistema de gestión del conocimiento. Dime cómo
es tu sistema de gestión del conocimiento y te diré
como crees que aprende la gente
Si dispones de una
plataforma tecnológica sofisticada, una base de datos
de gestión documental extensa, etc. significa que
crees que las personas aprendemos leyendo documentos, que
necesitamos todavía más información
y que aplicar lo leído (si tenemos la suerte de recordarlo)
es automático y dará resultado.
Esta semana estoy en Lisboa trabajando (y aprendiendo mucho)
en un workshop para una de las principales empresas tecnológicas
del mundo. En realidad, el workshop es un ejercicio puro
de Gestión del Conocimiento ya que están revisando
cómo hacen lo que hacen, por qué lo hacen
de esa manera, quienes son los que mejor hacen esas tareas
y cómo transferir ese conocimiento a los demás
para mejorar el desempeño y los resultados. Como
no podría ser de otra manera, cuando llegué
al hotel el primer día, gestioné el conocimiento
que en su momento aprendí en Córdoba para
abrir la puerta de mi habitación...
Una revista me solicitó escribir un artículo
sobre Gestión del Conocimiento lo más didáctico
posible y abordar algunas de sus cuestiones más básicas:
Qué es, Por dónde empezar, Qué Herramientas
son las más habituales y Cuál es el objetivo
de la Gestión del Conocimiento. La pregunta que trata
de responder la Gestión del Conocimiento es: ¿Sabes
lo que hace cada persona en tu organización y por
qué?. Aquí tienen acceso a la primera parte
de ese artículo y con la columna del próximo
mes publicaremos la segunda parte Gestión
del Conocimiento para peatones (Primera Parte)
Precisamente sobre Gestión del Conocimiento tratarán
las exposiciones que haré el 3 de noviembre en la
ExpoCapital Humano http://www.expocapitalhumano.cl/noticia.cfm?nid=4768
y el 24 de noviembre en el seminario de la Revista Capital
Humano
http://www.revistacapitalhumano.cl
así como el curso que hacemos para Aefol
http://www.aefol.com/archivos/fj.pdf
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CRISIS Y RESILIENCIA: RE-PENSAR
LA EMPRESA
Marcelo Lasagna, Gerente Sector
Público de Catenaria
mlasagna@catenaria.cl
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La Innovación parece ser el antídoto para
"capear" la crisis financiera internacional por
la que estamos atravesando. Así nos lo recuerda Bruce
Nussbaum, de BusinessWeek, en un artículo de abril
pasado bajo el sugerente título: 5 Lessons Learned
From The Most Innovative Companies In The World. Sin duda
que la crisis representa un inmenso desafío para
las personas, las empresas y los Estados. Cada cual tiene
su manual de "corta-palos" para enfrentarla: a
algunos les va bien el ahorro, otros piensan en estrategias
de austeridad, otros en pararse a escuchar y mirar antes
de tomar decisiones, otros otean lo que hace el vecino,
otros creen que una oportunidad para re-inventarse. Las
lecciones que nos deja Nussbaum tienen que ver con esta
última: la innovación como eje de la eficiencia
empresarial.
Las 5 lecciones que Nussbaum recoge de las empresas
más exitosas son las siguientes:
- Don't cut innovation investments to cut costs and save
money. This is the classic mistake in a downturn. As Lafley
and Bezos point out, innovation is the way to give more
value to consumers and bolster pricing in tough times.
And as Apple shows, innovation in a downturn prepares
the way for new products and services in the economic
recovery. It's the way to pick up market share.
- Innovate outside the US (outside your home base). GE's
reinvention of the electrocardiograph in India to create
a $1,500 machine that can be carried from village to village
in a back-pack opened up big new markets all over Asia.
And it gave GE new capabilities to import back to the
US--and Europe and Asia.
- Business model innovation may be more important than
product or service innovation. Tata made it to the
TOP 25 Most Innovative Companies list ( (No. 6) because
it changed the way it made and sold cars when it created
the $2,500 Nano. Using auctions for parts, modular constuction
and garages for assembly remakes the entire auto model.
- Innovation can bring old companies back from the dead.
General Motors was No. 18 on the Top 25 list thanks to
the Volt electric car and other efforts. It's brand image
is clearly much improved--now all it has to do is bring
out the car.
- Innovation is a social system, not a one-off magical
moment. View the Lafley interview. He talks about innovation
being about culture, organization and leadership, not
about a single brilliant scientist or engineer. We have
too many CEOs talking about innovation but not implementing
it.
Me interesa especialmente destacar la tercera lección:
la innovación en los modelos de negocio. Según
los expertos innovar en los modelos de negocios es mucho
más rentable que hacerlo sólo en productos
y procesos. Estos últimos generan cambios que son
más efímeros, ya que pueden ser imitados rápidamente,
mientras que hacerlo en los modelos organizativos de las
empresas es más perdurable y, sobretodo, rentable.
Existe una estrecha relación entre crecimiento e
innovación en modelos de negocio. Así lo constata
un estudio citado por Xavier Marcet, en el cual las empresas
analizadas cuyo margen operativo ha experimentado un crecimiento
acumulado durante los últimos cinco años -empresas
líderes-conceden el doble de importancia a la innovación
en modelos de negocio que sus competidores -seguidores-.
Por otro lado, el informe Global CEO Study 2006 trata de
identificar cuáles son los principales factores que
ayudarían a las organizaciones a ser más innovadoras.
En opinión de los consejeros delegados entrevistados,
son los siguientes:
- Crear un clima de creatividad. Las organizaciones deberían
potenciar un ambiente de trabajo donde la inspiración
y la creatividad se valoren objetivamente.
- Favorecer las estructuras de incubadoras de ideas. Se
trata de núcleos de generación de ideas
con soporte desde la creación hasta su implementación.
- Implantar métricas de innovación e incentivos.
Medir y reconocer el talento a las organizaciones y las
personas individuales.
- Establecer alianzas y colaboración con terceros.
Fomentar el trabajo interno y externo entre diversas organizaciones
y especialistas.
Innovar en los modelos de negocio pone el acento en los
procesos por encima de los "productos" o resultados
finales. Diseñar los contextos en que se desarrolla
el trabajo individual y colectivo, y especialmente las interacciones
sociales, es la mejor vía para lograr resultados
positivos y construir organizaciones innovadoras (con capacidad
para generar sorpresas) y resilientes (capaces de responder
a las crisis), como nos lo recuerda Juan Freire. Así
los modelos organizativos deberían ser el principal
objetivo de la innovación. La creatividad y la innovación
en servicios y productos vendrían en gran medida
como consecuencia indirecta de esta decisión y acción
previas.
Llevar la innovación a los modelos de negocio demanda
de una gran apertura mental y organizativa de modo que se
produzcan intercambios entre disciplinas y culturas. Esto
supone un salto paradigmático en la concepción
de la empresa: desde los modelos jerárquicos, funcionalistas
y cerrados de la era industrial a modelos abiertos, horizontales
y autoorganizados. Una empresa abierta significa
organizarla como una Interfaz, tal como señala Juan
Freire: "en la "empresa interfaz" los límites
se hacen difusos y el espacio de interacción se convierte
en su seña de identidad y en su carácter diferencial".
La empresa así concebida está abierta a sus
clientes, proveedores y aliados. La empresa horizontal
no significa como muchos creen una que está regida
por el caos, sino aquella basada en el talento de las personas.
Las relaciones se basan en la confianza y la colaboración
constante y en la detección conjunta de oportunidades.
La empresa autoorganizada o viva es aquella se adapta
constantemente a los cambios del entorno y cuyas estructuras
son flexibles y maleables a las exigencias de cambio.
Esta nueva concepción de la empresa requiere de
una innovación radical, pero que ya muchas lo han
hecho con gran éxito: Dell, Zara, Modelo, IDEO, NEsta,
etc. IDEO, por ejemplo, empresa líder en el diseño
de productos saltó desde allí a la consultoría
empresarial aplicando su estrategia de diseño, el
Design Thinking, a los contextos organizativos y
de relaciones de colaboración en las empresas. Tom
Kelley, su Director General, señala en relación
a su enfoque de Design Thinking; "es un medio de solución
de problemas que utiliza el diseño de metodologías
para aprovechar en un profundo embalse de oportunidades.
Estos métodos incluyen la observación, prototipos,
construcción, y la narración de cuentos, y
puede ser aplicado por una amplia gama de personas a una
amplitud de los problemas de organización".
Para enfrentar las innovaciones radicales, como la del
modelo de negocio, las organizaciones se encuentran con
una serie de retos:
- Contar con una visión amplia, más allá
de los productos y procesos.
- Disponer de equipos dotados con talento y preparados
para la innovación.
- Transmitir internamente la importancia que tiene para
la organización la capacidad de innovar.
- Potenciar la integración entre negocio y tecnología,
integrar el conocimiento y visión de ambas disciplinas
con el fin de innovar.
Asumir estos desafíos en momentos de crisis demanda
de las empresas un atributo del cual se comienza hablar
como el Grial para los tiempos de turbulencia: la resiliencia.
La resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad.
Las empresas que desarrollen esta capacidad serán
las que podrán hacer frente a los desafíos
internos de re-pensarse para adaptarse a las exigencias
permanentes de un nuevo entorno económico mundial.
Recordando a Nietzsche "hay que estar a la altura del
azar", así nos lo exige el momento.
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Catenaria
- Gestión del Conocimiento
Agustinas, 1350 / Teléfono
56 - 2 - 2905404 / Mail: jmartinez@catenaria.cl / Santiago, Chile
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